ELIO GALLIPOLI
TEATRO 1-GALLIPOLI 1A.ED
CORREGIDOR
Páginas: 128
Formato: 12*18
Peso: 0.1 kgs.
ISBN: 978-950-05-2012-6
Escribir un texto que trata de presentar otro texto es siempre una mirada subjetiva que filtra su lectura. Cuando de lo que se trata es de dar cuenta de un libro que despierta un gran interés y a la vez nos conmueve, como estas cuatro obras teatrales, el monólogo interior, tal vez, le pone el color a esa mirada. De este modo, sin más, quisiera que el lector lo interpretara para que él por su parte disfrute la experiencia de construir el suyo. El lugar desde el que Elio Gallipoli escribe su teatro es el más difícil. El de la soledad absoluta de quien no entiende a los que se agrupan sintiéndose dueños de la verdad. No los juzga, tampoco. Sigue en lo suyo. Obstinado en su soberbia sencillez. No espera que nadie lo entienda. Ni le interesa. Sí que se emocione. Y lo consigue desde el abismo de una pausa insólita o de la estudiada vibración de una palabra inesperada. Escribe, como hace decir a sus personajes, para abrir su propio resquicio por donde entren los pensamientos y salga la angustia. Quien quiera seguirlo, será bienvenido. No se propone buscar ni ahuyentar a nadie. Está ocupado en reconocerse en cada uno de sus hermanitos originarios, tironeado entre la exigencia de hacer fuerza para salir sin saber adónde y la necesidad de encerrarse en su cosmogonía poética. Contempla, describe, hace hablar y se queda esperando. No es diferente a sus criaturas, ni se mueve en espacios más cómodos que los que ellas atraviesan. El lector siente que el autor, de pronto, se sorprende tanto como él. Comparten esa zozobra poética que es más dolorosa que cualquier contexto en particular. Quizá sea por eso que no se ven dedos acusadores. Cualquiera puede ser víctima o victimario: basta con el enunciado de un cambio de luz. Hay un orden, sin embargo. No un orden ético o jerárquico, sino una angustia expresada en repetición obsesiva de secuencias. Cuatro obras diferentes. Y sin embargo, planetas de una misma constelación irracional y poética que de pronto se vuelve insoportablemente real y puede despertar una carcajada o un ataque de llanto. O, como diría el mismo Gallipoli en una indicación escénica de Y ahora, ¿qué?: en su defecto, nada.